Comienza el viaje de Medicina Responsable

Ayer, pudimos comprobar que la comunicación personal es la más rica de las comunicaciones. Pudiera parecer que estoy arrojando piedras sobre el tejado de Medicina Responsable -puesto que somos un medio de comunicación digital- pero en realidad se trata de subrayar el principio que nos anima, el acercamiento persona a persona, la cercanía entre enfermos y sanitarios. Y, ayer, hablamos, entre enfermos, sanos, profesionales de la Sanidad y representantes de la industria farmacéutica, sin la tensión de las responsabilidades, sin la preocupación de lo inmediato, en la fiesta de presentación de Medicina Responsable, en el Palacio de Neptuno, a pocos metros donde el tridente del dios mitológico preside una de las famosas fuentes de Madrid. Confieso que mucha agua no bebí, es cierto, pero la moderación es incluso saludable y reconocida por los cardiólogos.

Estuvo cercano y entrañable, como siempre, Ernesto Sáenz de Buruaga en la presentación del acto; nos acercó a la visión de la Administración sobre la Sanidad, el consejero de Salud de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero; y Ana Pastor, que fue presidenta de las Cortes, se acercó desde allí para recordarnos que no ha abandonado la política, pero tampoco la Medicina. Bromeó con la cuestión de que si Saénz de Buruaga tenía cara de médico, suponía que su rostro también sería denunciable y, en ese ambiente distendido, se formaron corros, corrillos, saludos, abrazos e intercambios de números de teléfonos. O sea, comunicación. Gracias a la nutrida y brillante representación formada por todos los que vinieron. Gracias a quienes no pudieron llegar y nos explicaron con cortesía sus impedimentos. Y, a ustedes, que nos conceden su atención, que es la que nos estimula para seguir trabajando.