Hallan 237 genes que explican las diferencias en el impacto del párkinson entre sexos

La necesidad de abordar las enfermedades con perspectiva de género es cada vez más evidente. Muchas patologías son más prevalentes en hombres que en mujeres y viceversa y el impacto que tiene en la salud es diferente. Ahora, investigadores de la unidad de bioinformática del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia han identificado 237 genes que se expresan de manera distinta según el sexo en la enfermedad de Parkinson. 

Este equipo, liderado por Francisco García-García, ha demostrado que existen perfiles distintos en la inflamación, en la disfunción mitocondrial, que provoca que las células no tengan suficiente energía, y en el estrés oxidativo, que conlleva a un envejecimiento prematuro entre hombres y mujeres con párkinson. Concretamente, han hallado 237 genes que muestran una expresión significativamente diferencial en la sustancia negra, la zona del cerebro más afectada por esta enfermedad, y donde se encuentran las neuronas que transmiten y conducen la dopamina. “Los principales resultados apuntan a diferencias de expresión en grupos específicos de genes. Además, el perfil funcional de éstos revela un comportamiento diferencial relacionado con el sexo respecto a sus funciones biológicas, redes de interacción proteína-proteína y activación de factores de transcripción”, explica el líder de la investigación. 

Los siguientes pasos de este estudio, que forma parte del proyecto “DifNerOmics: Estudio de las diferencias de sexo en enfermedades neurodegenerativas con abordajes integrativos de datos ómicos e imagen biomédica”, se centrarán en la generación de un atlas que describa por grupos celulares el motivo de estas diferencias de sexo en la Enfermedad de Parkinson. Para ello utilizarán estudios de célula única y transcriptómica espacial que proporcionarán una información muy específica y de gran utilidad sobre esta enfermedad.

“La identificación de nuevos biomarcadores, que tengan en cuenta de forma específica el sexo, permitirá un avance en el desarrollo y aplicación de una medicina personalizada, para favorecer la precisión en los diagnósticos y pronósticos”, concluye el investigador García-García.

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